En Italia, hacen su promesa 31 Laicos Misericordista
Personalmente estuve presente en la celebración que tuvo lugar en Busnago. Allí, durante la celebración de la Eucaristía, a la presencia de todos los seis Hermanos de la Comunidad y de otros familiares de los promesantes, 21 Laicos Misericordistas pronunciaron su Promesa por un período de un año y se comprometieron (entre otras cosas) a “vivir y santificar su vida siguiendo el espíritu y el carisma de Padre Víctor, quien adoptó la Misericordia como proyecto y regla de vida”.
Después de la celebración en la Capilla, nos reunimos en el comedor del colegio para celebrarlo, también, en la mesa entre la alegría de todos los participantes.
A esta celebración se llegó después de mucho andar: desde hace 10 años, por iniciativa y bajo la dirección del Hno. Lodovico, en Busnago se había formado un grupo de “colaboradoras” que, en un principio, trabajaron para realizar una obra social en Jesi: la Casa Familia para ancianos y que comenzaron, a la vez, un camino de espiritualidad misericordista.
Cada año, en la Fiesta de Cristo Rey, renovaban su promesa de voluntariado. Cuando, a raíz del último Capitulo General de la Congregación, surgió la idea de una Familia Misericordista adherida a la Congregación de los Hermanos, en seguida vieron la oportunidad de formar parte de una Asociación Laical más amplia. Para ello renovaron sus Estatutos y la fórmula de la Promesa, adaptándolos al documento “La familia Misericordista” del Hermano Superior General de la Congregación y entregándolos al Superior Provincial de la Provincia Italiana para su aprobación.
Es así que, desde Italia, le doy esta buena noticia, deseando que también en la Delegación de América Latina se llegue a la constitución oficial de la Familia Misericordista. En breve les enviaré, traducido al español, los Estatutos que ellos elaboraron y que pueden ser un material y una guía para los Estatutos y la Promesa de ustedes.
Por medio de este precioso boletín, que sale de la computadora y del corazón de nuestro amigo Juan Alberto, les envío mis mejores deseos de una Santa Navidad y de un Feliz 2009. En estos días voy a rezar por todos ustedes y por sus familiares, para que el Niño Dios baje en el corazón de todos y les lleve su Gracia y su Paz. Estoy seguro que ustedes también van a hacer lo mismo para mí.
¡FELIZ NAVIDAD! ¡PRÓSPERO AÑO 2009!
Hno. Paolo Barolo, Superior General
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